miércoles, 29 de junio de 2011

La Loca de Mierda

Esta es segunda vez en el mes que intento escribir esta entrada, y es que la loca de mierda me ha penado últimamente.

Todo esto comenzó el año pasado cuando yo me encontraba cuestionando desesperadamente el porqué tenía que gustarme un mino tan feo, habiendo minos tan ricos rodeándome. Entonces, ese monólogo fue interrumpido por mi amiga y me dijo: “huevona, te pareci a la loca de mierda!” Busqué en mi memoria a tal personaje hasta que lo encontré en mis recueros de MTV (cuando nos llegaba la señal argentina) y dije: “exactamente, así mismo estoy” Y obviamente ese recuerdo y el posterior video de youtube pararefrescarlo, me hizo tranquilizarme: O sea, nadie quiere ser como la loca de mierda.

Hace dos semanas, esta misma amiga estaba en un monologo parecido, esta vez la causa era que se estaba enamorando de su tiramigo. Y esta vez me tocó a mi de cable a tierra: “sabi a quien te pareci?” Y ella respondió sola “a la loca de mierda” Esa fue la otra vez que quise escribir sobre este personaje.

Y ayer mismo, otra amiga empieza un discurso: que el mino es perfecto, pero no le mueve el piso. Y mi gran consejo fue: “oye, busca en youtube un video que se llama, la loca de mierda” y después me dijo “gracias huevona, fue el mejor consejo que me pudiste haber dado”

Y es que es normal que hayan cosas que nos desesperen, que nos pongan medias histéricas y no veamos salida alguna a la situación, todo se vea negro… Esto puede pasar en cualquier ámbito de la vida, pero en estos tres casos que estoy presentando el factor común es que nos ponemos a pensar mucho en lo que estamos viviendo como relación y no nos dejamos vivirla simplemente, da lo mismo la razón, el tema es que forma parte de nuestra personalidad y de la manera de enfrentarnos a la vida. Entonces hay cosas que simplemente no encajan y eso te desespera y si uno no tiene cuidado, te hace convertirte en una loca de mierda.

Así que chiquillas, cada vez que se sientan que están a punto de entrar en un colapso vean un par de capítulos de La Loca de Mierda, lo que nadie quisiera llegar a ser.

lunes, 6 de junio de 2011

El fanático de ti

Escribo esto enfurecida con el genero masculino. Hay una cuestión que de vez en cuando me da vueltas y es lo siguiente: acaso una no puede ser buena onda, con ciertos hombres porque resulta que al tiro se pasan rollos que uno quiere algo con ellos?

Ok. Acepto algo, a veces uno es calienta sopas. Pero cuando uno lo hace, es consciente de eso. También sabe cuando una “relación” es pura buena onda (al menos de nuestra parte) y se da cuenta cuando el otro, se empieza a convertir en el amigo sprite. Eso tiene una ventaja, porque sabemos que él estará ahí para lo que se nos ocurra, pero si vamos a utilizar esta ventaja, hay que tener ojo con los costos que implica: darle alas a este tipito. Así que después, simplemente no se queje que el hombre en cuestión le anda tirando los palos.

Pero cuando uno hace cosas, incluso para que el amigo sprite se de cuenta de que no hay y simplemente, no habrá onda, pero este cree que una lo que hace es sacarle celos o hacerse la difícil, ya es otro tema. Y de verdad que es molesto si te sigue tirando los palos. Entonces llega un momento en que uno tiene que pararle los carros y cortarle los hilos con los que se está elevando solito. Entonces uno en la mejor de las ondas igual, le da a entender que SOLO son amigos y que en realidad, NUNCA ha existido por parte nuestra, otra intención.

Ahí como digo, depende del criterio del hombrecito: algunos se quedan cabeza gacha y te aceptan como amiga, aunque siempre van a tener la espinita atravesada e incluso se pueden aprovechar de eso en momentos de debilidad de una. Pero también están los otros (motivo de esta entrada, de hecho) que se enojan! O sea, uno les está haciendo casi un favor de aclararles la película, porque ellos la entendieron mal y tiene la patudez de enojarse? Dan ganas de decirte: “Señor, corte su hueveo si yo nunca le di esperanzas, si usted leyó mal las señales de amistad no es mi problema. Así que lo mínimo que puede hacer es agradecerme que le estoy aclarando el final de la película que usted solito se construyo conmigo y usted de protagonistas” Pero anda a decirles eso, porque terminas como más perra sin corazón de lo que ya quedaste.

Después no falta el que es persistente y es cuando uno piensa que el cerebro del otro, hace un proceso extraño que convierte el NO ME GUSTAS en "quizás podrías gustarme" y en el peor de los casos en "me gustas, pero me hago la difícil". Es entonces cuando se convierte en una pesadilla, y esos son los fanáticos de ti...

miércoles, 16 de marzo de 2011

La culpa


Hoy en esas iluminadoras tardes de chicas (con manicure incluida), me tiré una frase para el bronce “la culpa siempre juega, la idea es que sea a tu favor y no en contra”. El contexto da lo mismo, porque la máxima se aplica en todos los casos habidos y por haber, es lo que comúnmente como “dar vuelta el pastel”.

Aunque la gente a veces en las discusiones diga: da lo mismo quien tiene la culpa, no es cierto. El culpable es el que se mandó el cagazo y por tanto a quien hay que colgar. Cuando se trata de relaciones el tema de la culpa es parte del terreno diario. Desde las relaciones amorosas previas, la carga familiar hasta una mínima llegada tarde, son fundamentales a la hora de la discusión aunque sea suave.

Aclaro que la culpa es relativa, uno no es culpable hasta que se demuestre lo contrario o se sienta como tal. Si usted se siente culpable, lo es y no se haga la víctima, mejor hágase la loca.

Cuando la culpa recae sobre la otra persona, y es justo, uno puede restregar en la cara esa situación o simplemente alivianarla con palabras de aliento o bajándole el perfil al tema. Pero cuando la culpa recae sobre uno, hay dos opciones: ponerse el poncho y asumir la responsabilidad o simplemente, soplarla un poco y esparcirla: directamente a la otra persona o a las circunstancias. Lo importante, es saber ocuparla. No digo que haya que victimizarse, o sea en caso de que sea necesario… es una opción, un recurso medio desesperado. Pero uno puede tirar la culpa hacia el lado sin necesariamente quedar como víctima, con los argumentos precisos, es lo más fácil que hay.

Típico: te mandaste un cagazo con tu pololo, tu pinche, el casero o tu objeto de interés. E inmediatamente viene esta nubecita negra llamada “culpa” la cual es invocada por tu conciencia sin pedirte permiso. Entonces uno empieza a pensar los pasos a seguir y al final, de esta decisión que solo cuenta con un par de segundos, depende el quien es quien en la foto de arriba.